Por: Alexandra Carrillo
Revista Clave! tuvo el privilegio de ser uno de los invitados para recorrer tres asombrosas ciudades mexicanas: León, Guanajuato y Lagos de Moreno. El anfitrión fue Aeroméxico, aerolínea que realiza 600 vuelos diarios, cubre más de 80 ciudades en tres continentes, y tiene su principal centro de operaciones en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México.
El gentil recibimiento de la tripulación fue el indicador de que la aventura había comenzado. Digno de destacar fue el excelente servicio, lo que hizo del viaje un trayecto cómodo y placentero de principio a fin.
Festival Internacional del Globo – León
El destino que nos recibió fue la ciudad de León. El recorrido comenzó a las 5am. Un viaje corto en automóvil nos llevó a la primera parada: el Parque Metropolitano de León. El frío de la madrugada parecía no importar. Una gran cantidad de adultos, jóvenes y niños nos acompañaron en el camino; todos en búsqueda de la mejor ubicación para observar el deslumbrante paisaje del último día del Festival Internacional del Globo.
Nos deleitamos con un café caliente de olla, preparado con especias, perfecto para soportar el frío. Y así, más animados, a pocos metros del lago encontramos el lugar ideal para admirar un indescriptible espectáculo: ver despegar a más de 250 globos aerostáticos en uno de los eventos de aerostación más importantes del mundo. Este programa se lleva a cabo en noviembre de todos los años, en conmemoración a la Revolución Mexicana, y ha reunido a más de 2 millones de visitantes de diferentes partes del mundo.
En la noche disfrutamos de conciertos y un espectáculo único denominado “Noches Mágicas”, en el que los globos anclados a tierra se iluminan con llamativos colores, todo en armonía con música y fuegos artificiales.
Guanajuato
Nuestro segundo destino fue Guanajuato, ciudad que en 1988 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es un lugar pintoresco, lleno de callejones empedrados, plazas, jardines, y casas que distinguen por sus coloridas fachadas y su aire afrancesado.
A través de una serie de túneles construidos bajo toda la ciudad, que fueron hechos para controlar las inundaciones que sufría la entonces villa y que en la actualidad sirven para alivianar el tráfico, entramos al centro de Guanajuato.
Llegamos al Teatro Juárez, construido durante el mandato de Porfirio Díaz e inaugurado en 1903, época conocida como el porfiriato. Esta joya arquitectónica refleja un estilo ecléctico, con características de culturas europeas y asiáticas. La parte frontal es decorada con columnas dórico-romanas, y en sus capiteles se aprecian liras y máscaras teatrales. Uno de los aspectos más sobresalientes es la parte superior del pórtico, donde se distinguen estatuas de musas griegas.
El recorrido continuó hacia una de las universidades más antiguas de América Latina: la Universidad de Guanajuato que data del siglo XVIII. En 1732 funcionaba como el Colegio de la Santísima Trinidad. A esta institución se le atribuye la creación del Festival Cervantino, evento de artes escénicas que se celebra anualmente y es dedicado a Miguel de Cervantes y su obra máxima: Don Quijote de la Mancha.
Más adelante nos esperaba el Callejón del Beso, un lugar imprescindible de conocer en Guanajuato. Miles de parejas acuden a este atractivo lugar motivados por la superstición de que besarse en los balcones, o en el tercer escalón del callejón, da siete años de mucho amor y buena suerte.
Avanzamos a Alhóndinga de Granaditas, una construcción histórica que en tiempos del virreinato se utilizaba para almacenar granos y semillas, que además fue uno de los primeros escenarios de la lucha por la independencia mexicana. A unos cuantos metros de distancia se encuentra el principal mercado de Guanajuato: el Mercado Hidalgo, que ofrece una amplia variedad de artesanías y productos típicos, como tamales, ate de guayaba (similar a la mermelada), dulces de charamuscas y más.
Las costumbres y tradiciones se han conservado a través del tiempo, haciendo de Guanajuato un Patrimonio digno de conocer.
Lagos de Moreno
El último destino fue Lagos de Moreno, en el estado de Jalisco. Nos hospedamos en la Hacienda Sepúlveda Hotel y Spa, un lugar de ensueño catalogado como Hacienda Tesoro de México. Está ubicada en lo que antes se conocía como el Camino Real a Zacatecas, o Camino de la Plata, ruta que se utilizaba principalmente para comercializar oro y plata.
El hotel es muy acogedor, decorado en su mayoría con artesanías mexicanas. Las habitaciones son grandes y cómodas. El Spa “El Aventurero” es uno de los principales atractivos, pues cuenta con masajistas expertas en distintos tratamientos de relajación, perfectos para el mimo que todo viajero busca experimentar. El visitante puede elegir entre dos opciones gastronómicas, el restaurante “Mamalena” o “El Rincón de Terrés”, donde las delicias culinarias satisfacen los gustos más exigentes.
Cerca de concluir nuestro viaje visitamos algunos de los muchos sitios turísticos que tiene Lagos de Moreno, como la Escuela de Artes y Oficios, la Plaza Constituyentes, La Rinconada Capuchinas, el Teatro José Rosas Moreno, la Parroquia de la Luz, la Iglesia del Refugio, la Zona del Calvario, y la Casa del Conde Rul.
Al tomar el avión para emprender el regreso a casa sentimos el mismo cálido trato que recibimos desde el inicio de esta aventura, solo que esta vez sumábamos más maravillosas historias que contar. Aeroméxico, anfitrión de primera categoría, es digno embajador de la bandera que ostenta y por ello merece nuestra profunda admiración y gratitud. México es un país que nadie debe dejar de visitar. Regresaremos en cada oportunidad que la vida nos brinde pues aún quedan tesoros por descubrir.