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LUGARES MÁGICOS EN ESMERALDAS
Fotos: Manuel Pallares
El Acantilado, ubicado en todo lo alto de un peñón, es uno de esos lugares que envuelve con su magia, y ofrece lo necesario para conocer todas las maravillas naturales del entorno y de las playas aledañas en la “provincia verde” del país.
Es un ambiente único en el que destacan la naturaleza, el buen servicio y la tranquilidad. La privacidad de cada cabaña causa la sensación de alejarnos de las rutinas mundanas, y es el sitio ideal para disfrutar de un ambiente aislado del ajetreo turístico que hay en las playas vecinas, sin dejar de aprovecharlas como puntos de entretenimiento.
El Acantilado es ideal para parejas que buscan una escapada romántica, para familias en ánimo de vacaciones, o para grupos de amigos aventureros que buscan la adrenalina de las olas para hacer bodysurf, morey boogie y surf. Al bajar la marea la arena se despeja, dejando amplios espacios para practicar un clásico partido de fútbol playero. Los atardeceres son dignos de postal.
Las cálidas aguas del mar permiten disfrutar el avistamiento de ballenas desde junio a septiembre cada año. Se organizan paseos guiados junto a estudiantes y científicos, gracias al convenio que El Acantilado mantiene con la Universidad San Francisco. Uno de los mayores atractivos es escuchar cantar a las ballenas mediante el uso de un hidrófono.
Si su preferencia es por algo más relajado, en cualquier época del año, en este paradisíaco entorno, podrá mimarse con sesiones de una hora por tan solo $40, ya sea con un Masaje Tai de estiramiento y profundidad, o Reflexología Tai, que fusiona técnicas de medicina tradicional china con presión sobre los principales puntos energéticos. Varias veces al año se organizan exclusivos y maravillosos talleres de yoga.
El Acantilado cuenta con piscina privada, una incomparable vista al mar que se aprecia desde varios ángulos, incluso desde el restaurante, para que los placeres gastronómicos se degusten sin dejar el disfrute de exteriores. Las mesas de ping pong, billar y futbolín son el complemento ideal para chicos y grandes. En las noches se organizan fogatas, o se cierra el día con un merecido descanso en las hamacas mientras se disfruta el servicio del bar.
El restaurante merece mención aparte. Es el lugar ideal para deleitarse en un ambiente acogedor que satisface todo tipo de paladares. Ofrece platos internacionales y sabores locales, y también menús especiales para distintos gustos, incluso para vegetarianos. Cuenta con servicio de bar y el horario es de 8 a 21 horas ininterrumpidamente. Cada quien encuentra lo suyo, envuelto en la sensación constante de sentirse en casa.
Distintas experiencias están a minutos de distancia. Entre ellas, ubicada a tan solo 17km de El Acantilado, está Atacames, balneario turístico con bares, música, almacenes, restaurantes y un mercado artesanal. Otras atractivas playas en la zona son Tonchigüe, Punta Galera, Estero del Plátano, Caimito, Muisne, Mompiche y más.
Tiene capacidad para hospedar aproximadamente a 100 personas, ideal para paseos escolares y talleres empresariales. En sus instalaciones se organizan fiestas o eventos para hasta 200 personas, y por su infraestructura y belleza de paisaje, se ha convertido en el destino mágico para celebrar bodas, pues cuenta con el apoyo necesario para disfrutar el momento sin preocuparse por los detalles.
CAMPING EN TONGORACHÍ
Uno de los atributos más importantes de El Acantilado, es que sus dueños se encargan de ofrecer una experiencia única en Tongorachí, una playa cercana, muy diferente a cualquier otra que se pueda mencionar. Tongorachí es un paraíso aislado, que permite vivir la fantasía de la naturaleza en su máximo esplendor.
Es una de las playas mejor conservadas de la costa del país. Está ubicada frente a la reserva marina Galera-Cabo San Francisco, conocida como una de las áreas marinas más biodiversas del mundo.
Tongorachí está conformada por dos ensenadas. La ensenada sur mantiene su bosque a orillas de la playa, mientras que la ensenada norte es cruzada por el Río Tongorachí que forma un manglar donde destaca la reproducción de fauna marina-costera.
Tongorachí es territorio dedicado a la conservación y recuperación de bosques, y por esa razón, la única forma de hospedaje que ofrece es el camping.
El paseo se organiza en El Acantilado, y la promesa es disfrutar una experiencia distinta frente al mar, rodeado puramente de naturaleza en un ambiente libre de luz artificial que permite ver las estrellas por las noches.
En la comodidad de un amplio chozón, y de la manera más tradicional, las mujeres de la comunidad cocinan con leña para los visitantes, preparando la pesca del día acompañada con frescos vegetales del huerto.
El Acantilado y Tongorachí tienen algo en común, no son solamente lugares por conocer, son experiencias por vivir.