Felipe Londoño, reconocido arquitecto colombiano que lleva más de 40 años de actividad profesional en Ecuador, se asocia hace alrededor de 14 años con Mario Mantilla, arquitecto de origen chileno, cuya trayectoria complementa y fecunda la semilla sembrada por su socio. En la actualidad, Londoño Arquitectos cuenta con un equipo de trabajo con más de 20 profesionales en arquitectura, diseño y construcción.
La visión de dos profesionales de tan alto calibre, combinada con sus conceptos de urbanismo y distribución de espacios, conforma la esencia de su exitoso trabajo. Felipe es amante de la estética, y está convencido de que correctamente conjugada con arquitectura, se convierte en la herramienta que influencia al ser humano, a su calidad de vida, y al entorno. Coincide con Mario en que el principio más importante de la arquitectura es su atemporalidad y permanente vigencia, pues solo así se logra desarrollos urbanos sostenibles en el tiempo.
Y lo han logrado. Sus obras son inmuenes al paso de los años. La especial atención con la que eligen los materiales que utilizan, priorizando aquellos que se encuentran en el entorno inmediato de la zona donde se construirá el proyecto, son la clave. El objetivo es seleccionar materiales durables, de bajo mantenimiento, que faciliten la vida de las personas, utilizándolos tal como son, sin maquillajes que disminuyen su valor estético real.
El punto de partida de sus diseños es el aprovechamiento y correcto uso de iluminación natural para definir orientaciones que, una vez concluida la obra, decantan en fascinantes juegos de sol y sombra en cada ambientación. Espacios limpios en los que resaltan elementos muy sencillos, casi imperceptibles, se funden entre sí provocando cambiantes sensaciones a cada hora del día.
Las fachadas de cada proyecto son el resultado de la distribución interior de espacios, y están pensadas y diseñadas para aprovechar al máximo las cualidades del entorno y el terreno, tales como clima, vistas, ventilación natural y características de compenetración, considerando la amplitud de espacio del que se dispone.
Si la mimetización entre obra y paisaje no es posible, la alternativa es un diseño contrastante para resaltar el proyecto, darle presencia y carácter, en lugar de intentar esconderlo como si fuese un error. El diseño de espacios, definición de materiales, texturas y colores es resultado de un profundo análisis de la zona antes de planificar cada proyecto. La satisfacción de sus clientes avala su trayectoria y es su más valioso activo.