USO EFICIENTE DE RECURSOS EN ARQUITECTURA
Por Natalia Gandarillas
La arquitectura es una disciplina que nace con la aparición del ser humano en la Tierra. Durante su historia, tanto arquitectos como teóricos o filósofos han construido varios significados que van desde considerarla como un acto político hasta concebirla como poesía práctica. Sin embargo, más allá de lo que se ha escrito sobre qué es, no deja de ser una verdad que la arquitectura existe por y para el ser humano, y que se materializa a través del uso de recursos.
Recientemente, el arquitecto chileno Alejandro Aravena –Premio Pritzker 2016— se aproxima a una definición y señala que la arquitectura es “dar forma a los lugares donde vive la gente. No es más complicado que eso, pero tampoco más sencillo que eso”. Claramente, esta cita abraza certezas sobre la esencia misma de su significado. No obstante, materializar lugares donde viva la gente en un mundo cada día más poblado y en el que la provisión de recursos es cada vez más escasa y costosa, es uno de lo más grandes retos que quienes se dedican a este oficio deben afrontar. Bajo este contexto, el arquitecto ecuatoriano Bernardo Bustamante se enfoca al desarrollo de proyectos que garanticen arquitectura de alta calidad y el uso eficiente de recursos.
Con poco más de una década en el mercado, su obra ha sido reconocida en el contexto nacional e internacional principalmente por materializar proyectos que combinan alta calidad con bajos recursos. En 2014, Bustamante recibe una Mención de Honor al Premio Ornato de la ciudad de Quito por la residencia unifamiliar Casa La Rivera. Posteriormente, en 2016, recibe dos nominaciones de Archdaily en la categoría de Mejor Obra del Año, a nivel global, por las residencias Casa La Rivera y Casa Guarango.
Asimismo, su permanente participación como docente en el taller de arquitectura de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de las Américas desde el año 2008, lo ha llevado a alcanzar significativos logros como profesor a cargo –o en corresponsabilidad con otros docentes— en exigentes competencias académicas locales y extranjeras.
Cabe mencionar que Bustamante cuenta con una sólida preparación académica. Realizó sus estudios de pregrado en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (2004), donde fue alumno de prestigiosos arquitectos como Milton Barragán, Fausto Banderas, Henry Carrión y Alfredo Rivadeneira (hijo), de quienes recibió gran influencia. En 2010 realiza una maestría en Diseño Arquitectónico en la Universidad de Navarra, Pamplona – España, donde comparte espacios con arquitectos de renombre internacional como Emilio Tuñón, Wilfried Wang, Aurelio Galfetti, Gonçalo Byrne, entre otros; así como experiencias de intercambio de conocimientos con compañeros de diferentes partes del mundo. Recientemente, terminó uno de sus últimos proyectos, denominado “Casa Su” desde donde comparte con CLAVE! sus experiencias y visión sobre la arquitectura.
¿Cómo alcanzar arquitectura de alta calidad y optimización de recursos financieros?
Lamentablemente la arquitectura de alta calidad suele ser demasiado costosa. Esto se debe a muchos factores que inciden en el presupuesto de los proyectos, y que pocas veces son analizados en búsqueda de soluciones viables. Para mí, la calidad de la arquitectura nunca puede ser sinónimo de costoso o inasequible. El momento mismo en el que condicionamos la calidad al presupuesto de la obra estamos limitando nuestras capacidades como profesionales. Una propuesta arquitectónica de alta calidad logra manejar presupuestos reducidos sin poner en riesgo las cualidades de los componentes y elementos esenciales que conforman su arquitectura. Sin embargo, cabe mencionar que –sin lugar a dudas— un presupuesto ajustado requiere de mayor esfuerzo por parte del proyectista, para encontrar soluciones viables en un proceso de permanente canalización de esfuerzos.
¿Qué supone canalizar esfuerzos?
Canalizar esfuerzos supone cuestionarse constantemente sobre las propuestas que uno genera, es decir ¿cuánto realmente vale la pena hacer un esfuerzo determinado dentro de un proyecto y cómo éste lo afecta en su conjunto? Por ejemplo, preguntarse ¿vale la pena gastar más por construir en altura en un suelo rural no densificado?, o ¿es necesario gastar un porcentaje considerable del presupuesto en acabados costosos en lugar de gastarlos en elementos que generen mayor confort?, o ¿vale la pena concentrar el presupuesto de una obra en un voladizo que incremente considerablemente los costos de las estructuras pero que no genere valor adicional al proyecto? Definitivamente no.
Este permanente ejercicio permite al proyectista ser muy consciente de los aspectos que afectan al desarrollo de las propuestas arquitectónicas, principalmente los financieros. Consecuentemente, esto exige una constante búsqueda de soluciones que se generan a partir de buenas propuestas de diseño. Este fue uno de los aspectos que se valoraron cuando recibí la Mención de Honor al Premio Ornato de la ciudad de Quito por la residencia unifamiliar Casa La Rivera.
Propuestas reales de arquitectura de alta calidad con uso eficiente de recursos….
Casa La Rivera es un ejemplo tangible de lo que la arquitectura puede alcanzar. Esta casa ocupa un área de 370m2 y su costo por metro cuadrado no superó los $400 en el año 2014. No obstante, la calidad de sus espacios, acabados, instalaciones y principalmente el confort que su arquitectura ofrece es muy alta. La estrategia fue analizar a profundidad el valor que cada elemento debía tener. Es decir, identificar qué elementos debían contener materiales de alta calidad y para cuáles se podían estudiar alternativas; así como mejorar los sistemas constructivos que permitan la optimización de recursos. Esto nos obligó a generar un proceso mucho más profundo y detallista, al punto de llegar a diseñar elementos que, generalmente, los arquitectos no los consideramos. Otra de las estrategias que incidieron en el costo final de la obra fue la de utilizar buena cantidad de materiales locales que, además, fortalecieron las características arquitectónicas de cada espacio.
Los beneficios del uso de materiales locales…
En Ecuador tenemos materiales muy nobles y mano de obra artesanal de alto nivel a la que aún podemos acceder. Esta sigue siendo una oportunidad que debemos aprovechar. Por ejemplo, La Casa el Guarango, ubicada en el cerro Ilaló, fue proyectada con un presupuesto muy ajustado, sin embargo cuenta con un diseño que garantiza el confort de sus ocupantes. Para ello se puso en valor todos los atributos con los que contaba el sitio. Uno de ellos fue la presencia predominante de cangagua, materia prima para la elaboración de ladrillos. Este es un material maravilloso: es térmico, no contaminante, durable, económico, artesanal y tradicional de la sierra ecuatoriana. Por lo tanto, decidimos fabricar nuestros propios ladrillos. Esta decisión, entre otras consideraciones como la implementación de sistemas que permitan la sustentabilidad de la casa, sin lugar a dudas fue muy acertada para alcanzar las metas del proyecto.
En el Estudio no nos enfocamos en desarrollar arquitectura que siga estilos de moda. Nos interesa desarrollar arquitectura que trascienda en el tiempo y que aporte a la sociedad. La arquitectura no puede estar condicionada por las externalidades, debe superarlas. Por lo tanto, se debe hacer de las problemáticas, oportunidades.