Joven, dinámica y multifacética es Johana Agudo, decoradora panameña que logra un importante posicionamiento que pronto trascenderá fronteras. La contactamos a través de recomendaciones hechas por múltiples actores de la sociedad y del gremio de la construcción de ese país, pues su nombre es reconocido a todo nivel. Nos recibe en su oficina, hace un espacio en su apretada agenda para atendernos, y nada más llegar sentimos lo acogedor de su personalidad.
La versatilidad de su forma de ser es evidente en su trabajo. Su mente creativa no tiene limitaciones, no está enmarcada, no está atrapada dentro de una sola visión o tendencia. Satisfacer a los clientes es su lema, y para ello delibera mentalmente en la mejor alternativa para materializar esos anhelos, incorporando su personal pincelada de buen gusto.
En su portafolio hay casas particulares de todo tamaño, lobbies y áreas sociales de condominios, y también departamentos modelo de proyectos inmobiliarios. Bien pueden ser de ciudad o de playa, de enormes dimensiones o espacios más reducidos, con presupuestos ilimitados o restrictivos. Nada escapa su habilidad creadora, la cual se extiende al límite de sus capacidades cada vez que enfrenta un nuevo reto.
Arquitecta de profesión, realiza con el tiempo que lo suyo es el interiorismo. Su día a día transcurre en una suerte de ir y venir entre “escuchar, entender y crear”, nos dice. En realidad, su actividad requiere de una sensibilidad muy especial, pues se trata de trasladar a conceptos lo que sus clientes tienen en la imaginación, y eso no siempre es sencillo explicar. “El éxito de mi obra se manifiesta en la satisfacción del cliente, y solamente lo lograré escuchando con atención y leyendo entre líneas, para acertar en la interpretación de lo que manifestaron”.
Resalta que la función del interiorista rinde mejores frutos cuando se la contrata desde el inicio de la obra, pues del esfuerzo conjunto que realicen todos los profesionales involucrados surgirán las mejores alternativas. “En los detalles está la magia. Al diseñar la arquitectura de una casa, no necesariamente se consideran los detalles que encerrarán el estilo de vida de quienes la habitarán”, nos dice, al tiempo que asevera que “el arquitecto tiene una visión práctica y estética de los espacios, mientras que el interiorista suma a esos factores la funcionalidad y la expresión de los caprichos de las personas”.
Cuando de casas particulares se trata, “el cliente manda, porque es su vida la que transcurrirá en esos espacios”. Evidentemente Johana hace las recomendaciones del caso, por ejemplo, resaltando las ventajas de la doble altura en los techos, la importancia de la entrada principal, lo necesario que es distinguir las áreas familiares de las sociales, y otros detalles que gracias a su experiencia son de trascendental importancia, y solo se apreciarán en la obra construida y terminada. Si la decisión no se toma a tiempo, más tarde será necesario botar paredes y reconstruir, ocasionando pérdidas de tiempo y gastos adicionales que pudieron evitarse.
Según los gustos y presupuesto del cliente, Johana organiza viajes al exterior para comprar lo que fuese necesario. Pueden ser obras de arte, esculturas, lámparas, alfombras, juegos completos de sala o comedor, elementos sueltos que son idóneos para un rincón especial, incluso detalles tan exóticos como azulejos pintados a mano según usanzas ancestrales que en algunos países europeos todavía se hacen.
Ningún detalle queda por fuera. Resaltan en su creación los detalles de iluminación como un aspecto clave. “La luz sirve para resaltar las líneas arquitectónicas, a la vez que para dar preponderancia a una obra de arte que se colgará en la pared, o para establecer impactantes juegos de luces y sombras a distintas horas del día. Viviendo los espacios en la imaginación colocas mentalmente cada cosa en su lugar, la mueves una y otra vez, hasta alcanzar lo deseado”. En su buen gusto se conjuga incluso el diseño de los jardines que se disfrutarán desde tal o cual ventanal, y de ahí se desprende también el tipo de cortina que se colocará.
Tanta importancia tienen las líneas estructurales que delimitan los espacios, cuanto lo que dentro de ellos se colocará. Johana es amante de los contrastes. Por un lado están los que pasan desapercibidos, por otro están los que deliberadamente marcan límites. “Hay aquellos que permiten fluir de un área a otra provocando un cambio de ambiente que sea tenuemente perceptible, manteniendo, en términos generales, el estilo de la casa. Pero también es posible establecer diferencias radicales, develando una sorpresa de estilo entre un sector y otro dentro de la misma casa”, asegura.
La tendencia actual para viviendas de áreas reducidas es presentar diseños mono ambientes, donde la puerta principal inmediatamente da paso a un solo espacio donde está la cocina, el comedor y la sala. Si bien la tendencia es hacia este tipo de aperturas espaciales, Johana recomienda “divisiones transparentes para lograr una especie de transición entre la puerta de ingreso y el resto de las áreas. Esto se logra con paneles de vidrio o delgadas láminas de metal o madera, que si bien independizan las zonas, no achican los espacios ni crean barreras visuales drásticas.
Su trabajo no es solamente creativo. Traspasa los límites del trazado en el papel hasta alcanzar la creación física de los elementos, y esto representa una garantía para sus clientes, y también ahorro de dinero. Incansablemente ha buscado hasta descubrir la experta mano de artesanos panameños que logran espectaculares mobiliarios y artículos de decoración, pero afirma que “hay mano de obra impecable en todos los países de Latinoamérica, en cada zona hay un toque de cultura local que los hace diferentes y encantadores. El reto está en encontrar a esos artesanos, formarlos y sacar de ellos lo mejor de su esfuerzo”. Por si faltara evidencia, nos muestra un juego de espejos de diferentes formas y tamaños, elaborados en madera y acabados a la perfección, que pronto formarán parte de la decoración en una de sus obras.
De hace cierto tiempo acá, su apoyo profesional ha sido requerido por los más importantes constructores y promotores inmobiliarios de su país. “Más allá de los planos, la venta de un inmueble radica en el modelo que se muestra al cliente. Solo ahí, mirando la decoración y lo que se puede lograr en cada espacio, el potencial interesado podrá sentir la satisfacción de comprarlo”.
La decoración interior de un departamento modelo está relacionada con el segmento socio económico al que el proyecto está enfocado. “Si es un proyecto con unidades de vivienda sobre el millón de dólares, los materiales en los acabados y en la decoración deben ser de lujo; mientras que si el proyecto está dirigido a personas más jóvenes que aún no disponen de tantos recursos, el mobiliario debe contemplar esa capacidad económica”. En los dos casos, es el buen gusto, lo exclusivo y lo diferenciador lo que predomina, y en su conjunto marca los estándares de lo que es el trabajo de Johana.
Si el diseño interior se desprende de los anhelos del cliente, cuando se trata del departamento modelo de un proyecto nuevo, pregunto, ¿cómo decorarlo sin conocer las tendencias de vida del usuario final? Se emociona al responder que “el reto está en crear espacios originales, que sean fuera de lo común, pero que no sean extremos en su estilo para no provocar reacciones dramáticas”. Es decir, “no al minimalismo absoluto, no a lo recargado, sí a un punto intermedio que no carezca ni abunde”.
En cuanto a colores y tonalidades para decorar departamentos modelo, Johana se presenta favorable a los tonos neutrales por ser fáciles de combinar, pero gusta dar matices de color en ciertos elementos para evitar la monotonía. “Puedes darle tanto o tan poco color como desees, añadir texturas, combinar materiales; o con solo cambiar un cojín, un adorno, una lámpara o un florero, lograr interesantes contrastes”. Dejar espacio en interiores para colocar plantas naturales es indispensable, y lo vemos en sus obras. Al respecto manifiesta que “una planta bien cuidada da vida y color a los ambientes, y son un fantástico recurso decorativo”.
Así como hay tendencias y modas en cuanto a decoración, también hay factores comunes que se repiten por las condiciones del lugar para el que se diseña. “El clima de Panamá, que es similar al de muchas otras ciudades en Latinoamérica, invita a generar espacios que, dentro de lo posible, tengan la versatilidad de integrar interiores con exteriores. Esto se logra con ventanales corredizos que se mantienen cerrados en horas de calor, pero se abren cuando el ambiente se refresca, eliminando las barreras espaciales y convirtiendo la zona en un solo ambiente”.
Las fotos que acompañan este reportaje hablan más fuerte que las palabras y evidencian la versatilidad creativa de Johana. El cliente es el que manda. No hay barreras mentales en su creación ni reto que no esté dispuesta a asumir.